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Mao Zedong y la Gran Revolución Cultural Proletaria (1966-1976), fue uno de los episodios que más marcó a China durante el siglo XX. A pesar de ser presentada como un esfuerzo por revitalizar la lucha de clases y eliminar los elementos burgués del Partido Comunista Chino (y la propia República Popular de China) afrontaría múltiples contradicciones a lo largo de dicho proceso revolucionario.
Para entender la Revolución Cultural, primero se debe de entender que China estaba saliendo de la dolorosa experiencia revolucionaria de 1949 contra los nacionalistas (Kuomintang), la segunda guerra sino-japonesa (1937-1945) y por si fuera poco, el siglo de la humillación entre 1839 y 1949, que de una manera resumida fueron una serie de conflictos en el territorio chino contra el Imperialismo de las potencias extranjeras, la brutalidad capitalista de la monarquía y el posterior dictadura Kuomintang en el cual la represión, la corrupción y el genocidio mancharia los libros de historia. Durante este periodo China viviría un trauma colectivo contra todo lo ajeno a Mao Zedong (maoísmo), quien es el padre de la República Popular de China, el fundador del Partido Comunista Chino y sobre todo en ese momento un héroe de guerra como una especie de Lázaro Cárdenas o Emiliano Zapata en México.
Con todo lo anterior y el debate interior dentro del movimiento comunista, Mao veía que su Partido estaba dividido entre los más ortodoxos y los más reformistas sobre que camino debería seguir China. En este contexto político Mao Zedong necesitaba recuperar su liderazgo en el Partido, pero ante todo encaminar a los Chinos a la verdadera revolución socialista, así en 1966 Mao Zedong lanza la Revolución Cultural bajo el apoyo de la Guardia Roja.
Mao no buscada combatir al capital extranjero ni la burguesía tradicional, sino la nueva elite del Partido, la élite burocrática que había nacido con la consolidación del Nuevo Estado. Pero en lugar de empoderar a la clase trabajadora con mecanismos más democráticos como los sovietvis, usará la movilización juvenil radicalizada bajo esta doctrina, los Guardias Rojos, quienes purgarían a los más altos mandos del Partido sin modificar su estructura. Se trató de una revolución sin emancipación.
Para Karl Marx y Rosa Luxemburgo, la emancipación obrera debía ser por los propios obreros sin el uso de la fuerza o el terror político. Es decir, la Revolución Cultural no tuvo la participación obrera, ni colectiva sobre los medios de producción.
El uso sistemático de la violencia, las humillaciones públicas, la destrucción del patrimonio cultural y la persecución a los intelectuales (muchos del propio partido) reveló que su objetivo primordial era la consolidación del poder de Mao Zedong tras el fracaso del Gran Salto Adelante. En lugar de elevar el nivel político del pueblo, se impuso una lógica de obediencia, culto al líder y represión ideológica.
Además, la destrucción de templos, libros, obras de arte y centros culturales contradice el legado marxista, que entiende el socialismo como una apropiación crítica de la historia y la cultura humana. No la barbarie ni la represión.
Gramsci subraya que la hegemonía socialista debía construirse también desde la propia cultura, la educación y no en el aparato coercitivo del Estado.
Por otro lado, la reducción de toda disidencia, anula la posibilidad de construir una verdadera cultura revolucionaria basada en el debate, la crítica y el pensamiento dialéctico. En su lugar, se instauró un discurso que reprodujo las formas del autoritarismo bajo una estética "revolucionaria", dando como resultado un Estado que instrumentalizó el terror político como forma de gobierno.
Lejos de empoderar a los trabajadores, se fragmento la sociedad china, destruyó redes comunitarias, paralizó el avance científico y profundizó la centralización del poder político, sin restaurar la pureza del Partido. En los hechos solo debilitó su legitimidad histórica y provocó una crisis que sería resulta con las reformas post-maoístas de Deng Xiaoping y Xi Jinping.
Entonces, podemos concluir que si era de cierto modo necesario una revolución interna contra la burocratización del Partido Comunista, sin embargo, la manera como se llevó la Revolución Cultural fue un proceso que no logro su objetivo del todo. El verdadero socialismo está basado en la democracia de base, la autogestión obrera y la liberación cultural. Aún así es importante el estudio del pensamiento de Mao Zedong y sus posteriores contemporáneos dentro de la autocrítica, la experiencia política y formar un criterio propio del socialismo.
Referencias
- https://elpais.com/internacional/2016/05/15/actualidad/1463313933_937172.html
- "El terrorismo: concepto, causas y consecuencias" – Revista de Ciencias Sociales https://ru.micisan.unam.mx/bitstream/handle/123456789/20905/L0058TERRORISMO_Y_GLOBALIZACION-203.pdf?sequence=1
- https://youtu.be/-GZ4dD8lAoU?si=ktwGZ3lmkr7DdDKI
- https://www.sutori.com/es/historia/life-under-mao-zedong-china-s-cultural-revolution-1966-1976--km5uNRSBmSfHAUcbBEPG2Wyy
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